martes, febrero 07, 2006

La verdadera historia de John Wayne



CHICAGO, (Illinois). Diciembre de 1978. Un día tranquilo en la olvidada vida de Sumerdale Avenue.

La desaparición de Robert, un joven de 15 años, lleva al teniente Kozenczak del departamento de policía de Des Plaines, hasta la vivienda de John W. Gacy. Aunque Gacy niega cualquier relación con el chico, la policía logra una orden de registro de su domicilio en la que encuentran 3 cuerpos desbrozados en el sótano y se incauta del más completo arsenal de instrumentos de tortura jamás visto en la región. Los investigadores, no dejan de percibir un olor insoportable en los alrededores de la vivienda y deciden cavar en el jardín. Descubren 25 cuerpos más y 5 en un río cercano. Las edades de las víctimas oscilaban entre los 7 y 29 años.

Todo cambia en un instante. Una mañana de 1.953, el joven John de 11 años, juega en el jardín trasero de la casa de sus padres, se balancea sobre un columpio. El padre de John, se encuentra recostado sobre el sofa. Siente un golpe seco a traves de la ventana y se incorpora.

El parte médico efectuado a John, 25 años después, dictamina una arteria cerebral colapsada, la que tenía Gacy desde que se cayera en el jardín de su casa cuando era niño y que, según algunos expertos, transformó su cerebro en una mente psicopática.

El 22 de mayo de 1978, JeffreyRignall decide salir a tomar unas copas en alguno de los bares del New Town de Chicago. Mientras pasea, ya de noche, un coche le corta el paso. Un hombre de mediana edad y peso excesivo se ofrece para llevarle a la zona de bares más famosa del lugar. Rignall, acostumbrado a viajar haciendo auto stop acepta la invitación. Durante la marcha, en un descuido, J. W. se abalanza para taparle la nariz violentamente con un pañuelo impregnado de cloroformo.
Rignall pasó toda la noche aprendiendo sobre sus propias carnes una y otra vez la dolorosa teoría sobre el dolor que su secuestrador le iba explicando. A la mañana siguiente, el joven torturado despertaba bajo una estatua del Lincoln Park de Chicago, completamente vestido, lleno de heridas, con el hígado devastado para siempre por el cloroformo, traumatizado. Jeffrey Ringall, de dudosa reputación logró sobrevivir a las agresiones e informó a la policía del intento de John por matarle pero no le hicieron demasiado caso.

Torpe en los estudios, se matriculó en cinco universidades y tuvo que abandonarlas todas; sin embargo, terminó su último intento de estudiar Ciencias Empresariales y se licenció con brillantez. El joven John llegó a ser un hábil hombre de negocios.
Poco después de casarse por primera vez, comenzaron a circular rumores sobre la tendencia de Gacy a rodearse de jóvenes varones. Rumores que se confirmaron cuando el amable John fue acusado de violentar sexualmente a un niño de la ciudad de Waterloo. Gacy fue sentenciado a 10 años de prisión en la penitenciaría de Iowa. La historia de un asaltador de menores parecía tocar a su fin. Gacy salió de la cárcel un año y medio después, por medio de un indulto concedido en atención a su buen comportamiento y las "evidentes muestras de reforma dadas por el reo". El juez no tuvo duda de que aquel preso de 27 años se había transformado en otro hombre.

Dos de sus fiestas más sonadas, una al estilo "vaquero" y otra hawaiana, llegaron a congregar en su casa a más de trescientas personas. Todas regresaron a sus domicilios comentando dos cosas: lo agradable que era aquel ciudadano regordete, bonachón y trabajador y lo mal que olía su jardín.

The Killer Clown; J. W. Gacy.

And in my best behavior
I am really just like him
Look beneath the floorboards
For the secrets I have hid
S.S.

4 Comments:

Blogger Unknown said...

...fiestaaa???? DONDE??? me apunto.

5:33 p. m.  
Blogger lujo berner said...

uyuyuy ya tenemos banda sonora... sufjan stevens auauauauaua
per certo se sabe algo de new album in town=

5:55 p. m.  
Blogger Faro Rojo said...

¿No se llamaba john Vaine?

6:34 p. m.  
Blogger Dr. MUJOL said...

ha ha ha
exhuma exhuma me exhu

precisamente
el jueves estaré en su jardín

dicen que no dejaron rastro
pero resulta que en chicago se puede cavar bien bien hondito
aguas pantanosas michiganosas

la pequeña pequeña que encontraré
a usted no le diré

descomposica y ataviadica

y les projibo hacer fiestas en mi ausencia

12:39 a. m.  

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